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Dejé pasar la vida, esperando que llegara otra

¿Cuántas veces has sentido que tu vida está en pausa, esperando algo —una oportunidad, una persona, un milagro— que no llega?

A mí me pasó. Me vi frente al espejo y, con un nudo en la garganta, me di cuenta de que había dejado mucho tiempo… esperando que alguien viera mi talento, que las puertas se abrieran, que llegara eso que me haría sentir que al fin mi vida comenzaba.

Y en esa espera… dejé de vivir la vida que ya tenía y simplemente sintiéndome estancada.

Este artículo no es una guía mágica para cambiarlo todo —porque no lo he descifrado aún—, pero sí una reflexión honesta para ayudarte a conectar con tu momento presente, romper con la espera eterna y volver a moverte hacia ti.

La trampa silenciosa de la espera

Esperar no es malo. El problema es cuando la espera se vuelve excusa.
Cuando postergas decisiones porque “aún no es el momento”.
Cuando dejas de moverte porque “necesitas más claridad”.
Cuando ya no creas nada nuevo porque “falta algo”. 

Cuando todo está por comenzar, pero nunca comienza.

Esperamos el trabajo soñado, la estabilidad económica, la claridad absoluta, el “cuando tenga más tiempo”, el amor que nos devuelva la ilusión…
Y en esa espera, a veces disfrazada de esperanza, se nos escapa la vida que sí está ocurriendo.

Lo peligroso es que esta espera se convierte en un hábito silencioso. Uno que nos anestesia, nos desconecta de nuestro presente y nos hace sentir cada vez más lejanas a lo que deseamos.

Señales de que estás atrapada en el estancamiento emocional

  • Sientes que nada cambia, por más que lo piensas o deseas
  • Te invade la frustración
  • Comparas tu vida con la de los demás y te sientes atrás
  • Haces planes mentales… pero no los ejecutas
  • Evitas tomar decisiones porque “aún no es el momento”

Y mientras tanto, los días siguen pasando.

Estar estancada no significa estar rota

Muchas veces creemos que estar estancadas es sinónimo de fracaso. Pero no es así. El estancamiento no es porque seas floja, indecisa o “poco productiva”. Es solo un reflejo de que hemos dejado de mirar hacia dentro, reconocer nuestro propio poder. Que hemos desconectado del presente. Que estamos más atentas a lo que “debería ser” que a lo que ya es.

Reconocerlo es el primer paso para sanar. Darte cuenta de que la espera te está robando energía, creatividad, presencia… y que mientras más esperes, más lejos te sentirás de ti misma.

¿Y si lo que estás esperando… eres tú?

No hay salvadora. No hay golpe de suerte. No hay milagro que reemplace el poder de una mujer que decide tomar acción, incluso con miedo, incluso con dudas, incluso sin tenerlo todo claro.

La vida que deseas no llega con un golpe de suerte: se construye paso a paso, a veces lento, a veces torpe… pero siempre con presencia.

No es que no puedas desear algo mejor. Es que no puedes permitir que eso te impida ver lo que ya puedes hacer hoy. Porque la vida que sueñas no llegará si tú no estás en ella.

Cómo comenzar hoy a volver a ti

Algunas ideas para reconectar:

  • Ponle nombre a lo que estás esperando: ¿Qué estás esperando exactamente? Ser consciente ya es una forma de soltar.
  • Reconoce tu momento presente. No necesitas maquillarlo. Solo observarlo con honestidad.
  • Haz una cosa por ti cada día: Algo que te recuerde que estás viva, que conecte contigo, no con tus metas ni pendientes, simplemente contigo.
  • Comienza con lo que tienes: No necesitas la versión perfecta de ti para crear.
  • Rodéate de movimiento: Personas, ideas, espacios que te inspiren acción.
  • Vuelve al cuerpo: Camina, respira profundo, baila. Tu cuerpo no está en pausa, solo tu mente lo está.
  • Celebra lo que sí estás viviendo. Cada paso cuenta, incluso los que parecen pequeños.

Tú eres la vida que esperas

Quizás no todo está en tus manos, pero mucho más de lo que crees, sí.
Y cuando dejas de esperar la vida ideal y comienzas a crear vida real, algo dentro se enciende de nuevo.

Tal vez no lo veas aún, pero ya estás caminando. El futuro que deseas no llega con la espera, llega con tus pasos.

Y quizás hoy no puedas dar un salto enorme, pero puedes dar uno pequeño. Uno que te saque de la pausa y te devuelva a ti.
No dejes pasar tu vida mientras esperas otra.
Tal vez, lo más milagroso que puede pasar… es que decidas vivirla ahora.

Si esto resonó contigo, no estás sola.
En Nosotras Multicolor creemos en acompañarnos con amor, verdad y colores.
Cuéntanos en los comentarios:
¿Qué estás esperando que llegue para empezar a vivir?
¿Qué paso pequeño podrías dar hoy para volver a ti?

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Estamos caminando juntas. 💜

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