No es tu culpa, es tu responsabilidad
¿Alguna vez ha sucedido algo en tu vida (sobre todo cuando es algo que no querías que así pasara) y de inmediato “le echas la culpa” a alguien más? Creo que eso nos ha pasado a todas, no sé si porque así nos enseñaron a actuar (aquí yo echándole la culpa a alguien más), porque nos resulta más sencillo sortear la vida haciéndolo así o porque es menos doloroso “aceptar” que las cosas no salgan como esperamos si creemos que algo o alguien más es quien lo provoca y no nosotras mismas.
Me gustaría reflexionar un poco sobre todo aquello con lo que hoy en día cargamos como creencias que hemos permitido que nos limiten, sobre aquellos patrones, forma de ser, responder o actuar asumiendo que así alguien más nos enseñó que debía ser; pero principalmente sobre profundizar, entender y reconocer que esta vida es solo nuestra y que entonces lo que suceda o deje de suceder en ella es completamente nuestra responsabilidad.
Es un hecho que cuando llegamos al mundo, mientras íbamos entendiendo la vida y cómo vivirla, nuestras referencias fueron nuestros familiares, profesores, amigos y entonces así fuimos formando nuestra ideología, forma de vivir, pensar y actuar.
Sin embargo, si bien todos esos referentes nos dotaron de herramientas que están sujetas a sus experiencias propias, llega un momento donde nuestra capacidad para analizar, entender y asumir que las decisiones y acciones que tengamos en nuestra vida al final solo dependen de nosotras, nosotras somos quienes tenemos la última palabra para permitir que algo suceda o no suceda de determinada forma.
Y traigo hoy esta frase “No es tu culpa, es tu responsabilidad”, porque justamente creo que aunque no elegimos (o eso creemos) de en dónde “llegar” en esta vida, es decir, quién sería nuestra familia, nuestro entorno, nuestro país, nuestras condiciones de todo tipo; pues ya estamos aquí viviendo la vida que nos toca vivir.
De manera que creo importante que cuanto antes, seamos capaces de tomar conciencia de que somos las únicas responsables de la vida que tenemos.
La forma en que nos educaron, las enseñanzas que nos dieron, los valores que nos inculcaron, los ejemplos que vimos en nuestro alrededor, las creencias que asumimos como nuestras a través de lo escuchado o visto en otros… todo eso ahí está, ahí estuvo ante nosotras, pero asumirlo o usarlo al vivir nuestra vida, solo depende de nosotras.
Y también creo que es valioso entender que no es culpa nuestra, no es culpa de nadie lo que sucede en nuestra vida, sea bueno o malo, aquí no hay culpables, no es que algo “me está pasando a mí”, es algo que está pasando en tu vida para que de ello tengas una experiencia que deje alguna enseñanza o te permita evolucionar; así que lo relevante será que aprendamos a asumir que es nuestra responsabilidad la actitud, energía y enfoque que le damos a todo aquello que sucede en la vida.

